Antonio Gabriel el cuarto árbitro
Cuando la tensión es máxima, ya sea en un clásico o un torneo amistoso, se entiende que el juez supremo de un partido de fútbol deba ser asistido por un cuarto árbitro, pues obviamente es humano, y sólo tiene dos ojos y un silbato, harto insuficiente para ver y pitar todo lo que acontece en un terreno de juego, y además, bajo tanta presión.
La misión más importante que realiza un cuarto árbitro, aunque sucede en pocas ocasiones, es sustituir al árbitro o a un asistente durante el partido, si alguno de ellos no puede seguir ejerciendo sus funciones, por ejemplo, por lesión. Mientras eso no sucede, entre sus obligaciones se hallan las de ayudar al árbitro en los procedimientos administrativos durante y después de los partidos, ayudarle a dirigir el partido y comunicarle si alguna persona en el área técnica se comporta de forma impropia.
Asi lo vemos a el firme, servicial y con mucho caracter amando su labor , conocido de muchos y querido por todos, su nombre es Antonio Gabriel el cuarto arbitro.
